Una de los símbolos de La Azohía es la Torre de Santa Helena. Se sitúa en lo alto de la llamada “Punta de La Azohía” a unos 70 metros de altitud, y es un resquicio de las torres de vigilancia que se construyeron a lo largo de la costa desde finales del siglo XVI.
Su función principal, al igual que la mayoría de torres costeras, era la de vigilancia y aviso de la presencia de piratas berberiscos en las costas murcianas. En caso de presencia de naves sospechosas se avisaba al resto de torres por medio de hogueras.
Su construcción es hexagonal (siendo al única torre que queda con esa planta en la Región) y aún conserva un cañón de fabricación italiana de 1742.
La torre es la única que queda de las torres defensivas que Felipe II mandó construir a lo largo de la costa murciana entre los años 1.556 y 1598. El resto de torres, Portmán, Cabo de Palos, Estacio y Encañizada han desaparecido. Hacia la mitad del siglo XIX quedó desafecta a la defensa de costas y ya en 1.851 fue entregada al Cuerpo de Carabineros para que dispusiera de ella, aunque los Carabineros la abandonaron hacía 1.870 porque ya estaba en un estado ruinoso.
Se accede a ella, partiendo de la punta de La Azohía por una pista militar de piedras y tierra apisonada. Pese a que la pista es más o menos ancha es mejor no utilizar vehículos para acceder , mucho mejor llegar dando un paseo. Desde lo alto podrá disfrutar de una de las panorámicas más bonitas de la zona.